Claro que sí. De hecho, la mayoría entra al LAB justamente porque se siente perdida. No necesitas tener un plan ni una idea clara antes de empezar. El proceso está diseñado para que, paso a paso, vayas descubriendo tus dones y talentos, ordenando todo lo que tienes dentro y encontrando un camino propio que tenga sentido para ti.

Sí. Uno de los grandes objetivos del LAB es ayudarte a pasar de la dispersión a la claridad. A través de ejercicios, retos y acompañamiento, aprenderás a ordenar tus ideas, elegir una dirección y dar los primeros pasos con confianza.

Esa sensación es más común de lo que crees. En el LAB vas a descubrir el valor real de lo que tienes dentro: tus talentos, tu historia, tu manera única de hacer las cosas. Cuando lo reconozcas y lo pongas en práctica, verás que sí tienes mucho que aportar.

Sí. El miedo al error suele paralizarnos. En el LAB lo transformamos en aprendizaje: no se trata de acertar a la primera, sino de experimentar, probar y aprender en pequeño (haciendo un prototipo o MVP). Así vas ganando confianza mientras avanzas.

El LAB es un espacio seguro y acompañado, donde todas sienten lo mismo al inicio. No vas a estar sola: tendrás un grupo de mujeres creativas como tú y una guía que ya pasó por ahí. Poco a poco irás ganando confianza para mostrarte, primero en el grupo y luego hacia fuera.